4 Verdades Sorprendentes Sobre el Génesis
Muchos creyentes sienten una tensión entre el relato de la creación del Génesis y el consenso científico moderno. Parece que nos vemos obligados a elegir: o confiamos en la Palabra de Dios o aceptamos los hallazgos de la ciencia.
ESTUDIOS BIBLICOS
Solmar Rey
10/24/20256 min read


Verdades Sorprendentes Sobre el Génesis Que Desafían lo Que Has Oído Sobre la Ciencia
Introducción: El Conflicto Percibido
Muchos creyentes sienten una tensión entre el relato de la creación del Génesis y el consenso científico moderno. Parece que nos vemos obligados a elegir: o confiamos en la Palabra de Dios o aceptamos los hallazgos de la ciencia. Pero, ¿y si este conflicto no es tan inevitable como parece? Este artículo no es un ataque a la ciencia, sino un viaje al texto bíblico para descubrir verdades profundas que a menudo se pasan por alto. Exploraremos cuatro conclusiones sorprendentes del Génesis que sugieren que el conflicto real puede no ser con la ciencia en sí, sino con nuestra interpretación tanto de la ciencia como de las Escrituras.
1. Dios No Está Atado a Líneas de Tiempo Naturales; Él Crea la Madurez Instantáneamente
A menudo intentamos medir a Dios con la vara de las leyes naturales que Él mismo creó, pero Él está más allá de esas limitaciones. Un ejemplo clásico es Adán. Cuando Dios lo creó, no era un embrión que necesitaba décadas para crecer; fue creado como un hombre adulto y maduro. Si alguien lo hubiera visto en ese momento, habría asumido que tenía al menos 20 años de edad, basándose en un proceso de desarrollo natural.
Este mismo principio se aplica a todo el cosmos. Dios pudo haber creado el universo en un estado de madurez que, si se midiera con los procesos naturales que conocemos, parecería tener miles de millones de años. Negar la creación en seis días, en cierto modo, es atacar la omnipotencia de Dios, sugiriendo que Él está sujeto a las mismas leyes de la naturaleza que Él mismo estableció. La Biblia revela que HaShem no permitió que las cosas evolucionaran de forma natural, sino que simplemente habló, y su creación surgió.
"El punto es que cuando Dios creó el mundo, lo colocó en un estado que podría haber tomado más de 13 mil millones de años, pero el Dios viviente no está sujeto a las leyes de la naturaleza. Él simplemente habló, y lo que podría haber tomado a la 'naturaleza' unos 13 mil millones de años, HaShem lo hizo en un período de seis días y seis noches."
Este principio —que Dios opera fuera del tiempo natural— es el fundamento, pero la gramática misma de Génesis 1 ofrece una evidencia aún más precisa contra los intentos de forzar miles de millones de años en el texto.
Génesis 1:1-2: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía...".


2. Una Diminuta Palabra Hebrea en el Versículo 2 Desmantela la "Teoría de la Brecha"
Un intento popular de reconciliar el Génesis con una tierra antigua es la "Teoría de la Brecha", que propone que pasaron miles de millones de años entre Génesis 1:1 y Génesis 1:2. Sin embargo, un análisis cuidadoso del texto hebreo original revela que esta teoría es gramaticalmente insostenible, gracias a una estructura deliberada diseñada para evitar precisamente esa interpretación.
La evidencia es contundente. Primero, Génesis 1:2 comienza con la conjunción hebrea vav (que se translitera como "be" en la fuente), la cual se traduce como "y". Las conjunciones conectan ideas, no las separan por eones. Pero la prueba va mucho más allá.
En el hebreo bíblico, la estructura gramatical normativa es "verbo-luego-sujeto". Génesis 1:1 sigue esta norma: "...creó Dios" (bara Elohim). Sin embargo, el versículo 2 viola intencionadamente esta regla. En lugar de comenzar con un verbo, comienza con el sujeto del versículo anterior, ha'aretz ("la tierra"), unido a la conjunción: veha'aretz ("Y la tierra..."). El autor inspirado colocó el sustantivo primero, rompiendo la norma gramatical para crear un énfasis inconfundible, subrayando que el versículo 2 es una descripción directa e inmediata del estado de la tierra mencionada al final del versículo 1.
Esta estructura inusual, que une la conjunción vav directamente al sustantivo en lugar de al verbo, elimina cualquier posibilidad de un lapso de tiempo. Es una señal gramatical inequívoca de continuación. Este detalle es crucial porque demuestra que los intentos de forzar cronologías científicas en el texto requieren ignorar la estructura clara del lenguaje original, subrayando la importancia de confiar en las Escrituras tal como fueron escritas.
3. La Genética Moderna Confirma un Principio de 3,500 Años Que el Darwinismo Niega
El relato de la creación del Génesis repite un principio fundamental: Dios creó las plantas y los animales para que se reprodujeran "según su propia especie" (leminó). Este principio contradice directamente la teoría de la evolución darwiniana, que postula que toda la vida evolucionó a partir de un único ancestro común a través de mutaciones y cambios entre especies.
Lo sorprendente es que la ciencia moderna, específicamente la genética y el estudio del ADN, ha confirmado el principio bíblico. La genética demuestra que, si bien puede haber una enorme variación dentro de una especie, una especie no se transforma naturalmente en otra completamente diferente. La genética moderna lo confirma: un manzano, por ejemplo, siempre producirá semillas de manzano. Puede haber diferentes tipos de manzanas, pero un manzano nunca se convertirá en un roble, sin importar cuántos miles de millones de años pasen.
En este caso, los descubrimientos científicos modernos en genética se alinean más estrechamente con el texto de 3,500 años de antigüedad del Génesis que con la teoría evolutiva del siglo XIX.
Génesis 1:11: "Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así."
4. La Estructura de Seis Días Es una Lección de Orden Divino, No una Señal de Esfuerzo Divino
Siendo omnipotente, Dios podría haber creado todo en un "nanosegundo". La elección de un período de seis días no se debió a ninguna necesidad o limitación por parte de Dios, sino que fue intencional por razones teológicas profundas. El relato de la creación es el fundamento de toda la teología bíblica y nos enseña principios clave.
Uno de los principios centrales es el acto de Dios de traer orden del caos (tohu va'bohu). Otro es el acto de hacer distinciones (lehavdil): entre la luz y la oscuridad, entre las aguas de arriba y las de abajo. Este acto de separar y distinguir es el fundamento de una realidad donde la moralidad y la santidad son posibles. Nos enseña la importancia del discernimiento en nuestras propias vidas para distinguir "entre lo que es Su voluntad y lo que no es Su voluntad". El acto físico de separación de Dios en la creación es el modelo para nuestro acto espiritual de discernimiento.
La estructura de la semana de la creación no es un registro del esfuerzo de Dios, sino una plantilla para la humanidad. Nos enseña cómo vivir en alineación con Su voluntad, trayendo Su orden divino a nuestras vidas y reflejando Su carácter.


Conclusión: ¿Dónde Ponemos Nuestra Confianza?
Un análisis cuidadoso del texto bíblico del Génesis revela una narrativa que es coherente, teológicamente profunda y no tan fácilmente descartada por la ciencia como a menudo se afirma. En lugar de un conflicto, encontramos un relato que establece los cimientos de nuestra comprensión de Dios y nuestro propósito en Su creación.
Como creyentes, debemos ser pacientes. Lo que se consideraba un hecho científico hace 50, 100 o 200 años, ahora se considera falso. Debemos basar nuestra fe en la Palabra inmutable de Dios, no en teorías científicas que están en un proceso constante de ser corregidas y reemplazadas. Con el tiempo, la ciencia tiende a acercarse cada vez más a confirmar la revelación de las Escrituras.
Esto nos deja con una pregunta final para reflexionar: ¿Qué podría cambiar en nuestra fe si abordáramos las Escrituras no como algo que debe ser defendido contra la ciencia, sino como la verdad autoritativa que proporciona el fundamento mismo para comprender nuestro mundo?
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